miércoles, 14 de octubre de 2015

Galatea en Getafe Negro

Gorriones y córvidos son mis aves preferidas. Pájaros inteligentes que saben adaptarse. Pues bien, el cuervo de los libros ha vuelto. Y me alegra poder anunciaros que este domingo, 18 de octubre, estará presentando Galatea a las 19:30 en la carpa de la feria del libro de Getafe Negro, en la plaza General Palacios.

¡Os espero!

Esto es lo que cuenta Lorenzo Silva en presentación de la nueva edición de GetafeNegro:

En su octava edición, Getafe Negro se mantiene fiel a su espíritu juvenil, porque, como decía Walter Benjamin, es en el compromiso con la propia singularidad a la hora de captar el espíritu de las cosas, tal y como uno la intuye desde sus primeros pasos, donde puede hallarse la poca ración de verdad que le toca al hombre. Por eso en Getafe Negro no sólo hay novela negra, y no sólo hay novelistas, negros o pálidos; nos negamos a caer en esa funesta manía autorreferencial que últimamente aqueja a tantos: intelectuales, gobernantes y hasta pueblos enteros. Como cada año queremos ser, pero no sólo, un escaparate de todo lo que da de sí el género. Por eso este año están aquí sus voces más nuevas, algunas de incontestable solvencia pese a no llevar ni un trienio en la palestra; pero también están los clásicos, de cerca y de lejos: desde nuestra Alicia Giménez Bartlett hasta el gran Don Winslow, uno de los autores más poderosos del género negro norteamericano actual. Hablaremos de los nuevos roles de la mujer en el noir, que ya no son sólo de acompañamiento (la chica del gánster), aunque tristemente siga reservándose a menudo a las mujeres el papel de víctimas, y también de esa novela negra que es nuestra problemática memoria histórica, reciente y remota. Este año contamos con un país invitado de lujo: Alemania. La ayuda del Instituto Goethe nos permite traer una nutrida delegación de autores de un país con el que, aunque no suela creerse, tenemos mucho en común. Ya lo verán. 

lunes, 3 de agosto de 2015

'Galatea' en los medios

  • Microsiervos: “... la novela encantará a todos los públicos: tiene detalles técnicos estupendos y sorprendentes, historias de amor y naturalmente diálogos y descripciones tan detalladas y nítidas que sitúan a quien la esté leyendo en un cruce entre Aliens, Atmósfera Cero o Planeta Rojo.”
  • Lectura y Locura: “La perspectiva es indudablemente femenina y esto es un reclamo, entre otras cosas, porque nos salimos del yugo patriarcal y vemos un mundo futuro, una historia de una posible sociedad desde un punto de vista muy distinto.”
  • Público: “Su argumento parte de hipotéticos logros científicos y técnicos del futuro, desarrollándose a continuación en forma de dulce fábula tremendamente humana, que huye con deliberada intención de los enredos mecánicos, las marañas tecnológicas y las exactitudes científicas. Su lectura es ágil, porque huye de los tópicos con una redacción fina y directa, en una sola línea sin saltos en el tiempo, evitando las complejas elipsis que plantean otras obras del género y que buscan casi siempre disfrazar un guión a veces necesitado.”
  • El Diario: "La primera novela de Melisa Tuya juega con el futuro para reflexionar sobre cómo el amor puede acabar convirtiéndose en fuente de dolor y el Mal en fuente de cambio político".
  • Consumer: “Galatea es un buen regalo para los amantes de la ciencia ficción. Una novela atrevida, protagonizada por una heroína futurista, cuya lectura ayudará y hará un poco más felices a los canes y felinos que tanto necesitan un hogar donde les quieran como merecen.”
  • JotDown: "Si hasta ahora la pregunta era cómo diferenciar a un humano de un robot, ahora la cuestión es cómo diferenciar a un humano de un humano. Someterse a las páginas de Galatea probablemente obligue al lector a leer barriendo, esto es, a ir con la escoba eliminando todo aquello que tu moral no admite. Pero recuerden que la cochambre no se puede ocultar eternamente."
  • La cueva del erizo: “...un viaje intergaláctico lineal y entretenido, sin florituras -se deja ver el oficio de periodista de su autora-, que va ganando ritmo a medida que avanza y apto para quienes no sean especialmente aficionados al género de la ciencia ficción, porque en ningún momento pierde la vertiente humana: una historia bañada de aire metálico por el que a ratos se cuela el olor a tierra mojada.”
  • El comercio: “La escritora y periodista madrileña Melisa Tuya presentó ayer la novela 'Galatea' en la gijonesa librería La buena letra. La ciencia ficción se convierte en la temática elegida para su primera aventura literaria, eminentemente destinada al público adulto. Una obra en la que reflexiona sobre el concepto de humanidad.”
  • Terra: “Amante de los animales y con una curiosidad insaciable por la vida, parece que Melisa tiene cables por dentro, ya que compagina su faceta de madre con ocho brazos con el ejercicio del periodismo activo en Internet, a través de blogs y redes sociales, y todavía saca tiempo para correr o montar en bicicleta, hacer un bizcocho y escribir una novela antes de que acabe el día. Galatea es su primera novela publicada, aunque ya ha terminado su siguiente obra, En la sala de espera.”
  • 20minutos: Se trata de una obra de adultos de acción y aventura, emociones y reflexiones, que reflexiona sobre el concepto de humanidad y las relaciones entre el hombre y sus sofisticadas creaciones.

miércoles, 15 de julio de 2015

Galatea y las escenas eróticas en la literatura




He escrito una novela de ciencia ficción, una que quiero creer que es buena. Al menos las reseñas que están llegando (aquí las de JotDown, Público, El Diario y Microsiervos) y las opiniones de los lectores van es esa dirección. Galatea tiene unas cuantas escenas en las que hay sexo explícito, que no sucio (como dijo un buen amigo y ahora consta en la solapa). El sexo para mí es parte de la vida y, al escribir, no tiene sentido soslayarlo. Si no me siento incómoda describiendo otras acciones y sensaciones de mis protagonistas, ¿por qué apagar la luz y pasar a otro capítulo cuando se quitan la ropa si lo que puedo contar va a ayudar a entender a la historia y a los personajes?  

Para mí era tan natural, le había dado tan poca importancia a esos pocos párrafos, que me sorprendió que llamaran tanto la atención tras publicar la novela. Ya en la presentación fue uno de los temas estrella; Espido Freire destacó estas escenas y me recomendó, entre bromas y veras, que abordara una novela erótica porque se me iba a dar bien, reconociendo además su pudor ante estas escenas. Hace poco, en la presentación de la primera novela de mi compañera Arancha Serrano, Neimhaim, también se destacó que el libro era a veces explícito.  

Más allá de presentaciones, un porcentaje razonable de lectores (con los que más confianza tengo) me han destacado también estas escenas. También el hecho de que hubiera sexo con robots (módulos los llamo yo), y en bastantes entrevistas me han preguntado sobre si creo que, de haber alguna vez androides como los que describo, tendremos sexo con ellos. Clarísimo tengo que sí. El ser humano lleva dando un uso erótico a la tecnología desde el primer momento. ¿Alguien duda de que si logramos crear replicantes los usaremos para ello? Yo no.  

No había reflexionado demasiado respecto al tratamiento del sexo en novelas no eróticas, pero últimamente estoy muy pendiente de si otros escritores  apagan la luz o describen lo que pasa sobre las sábanas (o en el pajar o la encimera de la cocina) y de lo que opinan respecto a incluir contenido explícito. Con frecuencia no lo incluyen y en algunos casos directamente he leído que no ven necesidad en describirlo, que para eso ya hay recursos audiovisuales mucho mejores.

No lo entiendo. También hay fotos de paisajes maravillosas y no por eso dejamos de contar cómo es el bosque por el que camina nuestro personaje.

También los hay que se sienten como pez en el agua escribiendo de ello y los que se quedan en los soez, gratuito o repetitivo. Aunque percibo demasiada luz apagada que, de encenderse con bien, mejoraría la novela.

¿Debería dar nombres? Tal vez en otro post, si es que éste os gusta.

Tal vez sea pudor, tal vez inseguridad, impericia, miedo a perder consideración literaria, a que juzguen menor la calidad de su obra… o pura falta de interés. Habrá de todo. Igual que hay muchos escritores que publican obras eróticas con pseudónimo. De hecho, si hay algún escritor por ahí leyéndome, agradecería que me ilustrase sobre su caso particular.

Por cierto, dudo mucho que vaya a escribir una novela erótica, y no por mojigatería. Ya tengo otra terminada y otras dos en proceso de muy diferente temática, pero simplemente porque no me gusta leer una sucesión continua de escenas eróticas. Ni escribirlas por tanto. En la vida, por frecuente e importante que pueda ser el sexo, no es algo a lo que nos dediquemos constantemente (salvo casos muy puntuales).    

Os voy a invitar a debatir al respecto, a que me digáis escritores que creáis que lo hacen bien, mal y regular o que deberían hacerlo (sí, yo no doy nombres pero os los pido, la vida es injusta y luego vas y te mueres), y os voy a dejar con la escena más erótica de Galatea. Advierto que no hago spoilers,  puede mermar un poco la sorpresa.

Y aprovecho para recomendaros su lectura, si andáis buscando un libro para el verano. Cuesta 14 euros y la mitad de los beneficios que nos genere a mí y a la editorial (Lapsus Calami) irán destinados a la Asociación Nacional de Amigos de los Animales (ANAA). Espero que me disculpéis la cuña, que vender libros no es fácil.



Eric estaba cenando. Se alegró de no encontrarle dormido, probablemente no se habría atrevido a despertarle y tal vez el día siguiente ya habría perdido el valor que había reunido caminando por la Aurora en penumbras.

La sonrisa del hombre era espontánea y sincera. Se alegraba de verla allí. Cala se relajó un poco.

-La reunión ha terminado, he creído que te gustaría saber lo que ha pasado-.

-Te lo agradezco-, dijo Eric invitándola a sentarse a su lado, en la pequeña barra.

Se sentó más cerca de lo que era necesario, sus piernas estaban tan próximas que casi se rozaban. Notar el calor que irradiaba el cuerpo del hombre a través de la ropa la dio la seguridad que la faltaba mientras explicaba el enfrentamiento irresoluble que había presenciado. Su madre jamás permitiría lo que la Comandancia exigía como único requisito para cederles Galatea.

-¿A tu madre le gustaría que me lo contarás?-, preguntó Eric.

Ella bufó. -Me da igual lo que opine-.

Tardó poco en resumir el desastre, la pelea a gritos entre su madre y Joupé, y ambos se quedaron en silencio, sin mirarse. Él probablemente rumiando la información recibida, Cala decidiendo su siguiente movimiento.

Su cuerpo actuó por ella. Sin pensar en lo que hacía, su muslo se apretó contra el del hombre, desde la rodilla hasta la cadera. Su antebrazo desnudo rozó la mano de Eric. Esperó unos instantes antes de girar el rostro para ver su expresión y lo que encontró fue una boca ansiosa, que exploró sus labios y su cuello, recorrió la línea de su mandíbula y volvió de nuevo a su boca. El roce furioso en torno a sus labios de la áspera barba incipiente  la hizo desear tenerle dentro, en ese mismo instante, sin esperar ni un segundo más.

Se separó de él, con la respiración entrecortada, para tomarle de la mano y llevarle hasta la cama. Se desnudaron casi con rabia, pero se detuvo para deleitarse con las marcas que la ropa interior había dibujado sobre su piel. Otra novedad a la que no estaba acostumbrada.  Las recorrió con la punta de la lengua, como si fueran caminos a explorar.

Besó su cuello y su nuez, disfrutando con su respiración agitada, sintiendo al mismo tiempo la ancha palma de la mano masculina recorrer su espalda, su cintura, apretando su culo. Ella bajó por su pecho, su vientre, el vello bajo el ombligo, sus muslos musculosos. Y mordió esa carne dura, sabiendo que le dolería. Y se dirigió hacia su pene erecto y lamió carne, sabiendo que él sentiría placer. Repasó toda su superficie con sus labios, exhalando su aliento cálido desde la base hasta la increíblemente suave piel del glande, jugueteó con la punta de la lengua en su orificio antes de introducírselo casi entero en la boca. Nunca antes lo había hecho, jamás había sentido ese impulso con sus módulos. ¿Por qué debía de haberlo experimentado?. Todos eran máquinas que podían dispensar placer, pero no sentirlo. Salvo ClaX, claro.

Y descubrió por vez primera a qué huele el sexo mientras lo introducía en su interior. Y esa mezcla de su olor y el de él, el saber que él sentía tanto o más que ella, la llevó al orgasmo más rápido de lo que jamás habría creído posible. 

Él la dio la vuelta sin contemplaciones para ponerse encima. -Si me dejara llevar te abrazaría tan fuerte que te rompería-, susurró el hombre sobre el lóbulo de su oreja justo antes de derrumbarse sobre ella.

Ya separados, Eric recorrió de nuevo con la palma de la mano el cuerpo desnudo de Cala.

El hombre frotó la punta de su nariz hasta llegar a su oreja, la mordió delicadamente el lóbulo y susurró en su oído con esa voz maravillosa que ella nunca se cansaría de escuchar: -Tienes una piel perfecta, dorada como el sol reflejado en el agua-. Enterró la nariz en su cuello. -Y hueles a pan caliente, a pan crujiente y recién horneado-.

Eric se elevó, apoyándose en un codo, mirándola a los ojos.

Cala se vio en los ojos del hombre, y junto a su reflejo vio deseo, devoción, complicidad… creyó al mirarle que, al menos en ese instante, él nunca querría estar con otra mujer. Y se maravilló al descubrir lo que le había estado faltando.

-Ahora lo entiendo-, dijo aplastando la mejilla contra su mano.

* Este texto lo he escrito a modo de colaboración como firma invitada en otro blog. Me apetecía mostrarlo también aquí.

viernes, 15 de mayo de 2015

Galatea en la Feria del libro de Madrid

Todos los años me he acercado a la Feria del Libro de Madrid. Unas veces sola, otras con amigos, las últimas veces con Julia y Jaime, también con Troya. He recorrido los puestos, curioseado los libros, comprado algunos, he visto colas enormes esperando la firma de algunos autores y a otros escritores esperando en soledad.

Nunca me he acercado buscando una firma en la feria del libro, ni de unos ni de otros. Pudor tal vez.  Que soy muy poco mitómana también. Sólo los que estaban poco solicitados llamaban mi atención ¿Y si curioseo el libro delante de las narices del autor y luego no me parce comprarlo? Ahora sé que no pasaría nada. Os invito a no hacer como yo y a que os acerquéis a verles, a que vengáis a verme.

El domingo siete de junio por la mañana (sobre las doce y media probablemente, ya os daré más detalles) estaré firmando en la feria. 

Nunca imaginé que yo sería uno de esos escritores apostados esperando potenciales lectores. Y me hace muy feliz.

Si vosotros también gustáis de pasear por el Retiro entre libros, sería feliz si elegís ese domingo para acompañarme.


Gracias por este otro regalo Lapsus Calami.

miércoles, 6 de mayo de 2015

¡Toma ya!

#Galatea es el tercer libro más vendido en narrativa de #cienciaficción de la Casa del libro​

Sentíos libres de entrar y dar vuestra opinión ;)

martes, 14 de abril de 2015

Galatea y los Premios Ignotus

Bueno, parece que ‪#‎Galatea‬ está en el listado de potenciales nominados a los ‪#‎PremiosIgnotus‬, catalogada como ciencia ficción/robots. Estos premios arrancaron en 1991 y los otorga anualmente la Asociación Española de Fantasía, Ciencia Ficción y Terror Aefcft a autores españoles y extranjeros por las obras publicadas en España durante el año anterior.

Solo pueden votarme aquellos que ya hace unas semanas se inscribieron para poder hacerlo. Si coincide que sois de esos con derecho a voto y consideráis que mi novela merece vuestro apoyo, yo feliz.

Para encontrarme en el listado, que es alfabético, tenéis que buscar a Lapsus Calami

Solo pueden votarme aquellos que ya hace unas semanas se inscribieron para poder hacerlo. Si coincide que sois de esos con derecho a voto y consideráis que mi novela merece vuestro apoyo, yo feliz.

http://literfan.cyberdark.net/Catalogo2014.htm

jueves, 4 de octubre de 2012

La primera crítica que recibe Galatea

Hola Mel,
me acabo de terminar de leer una novela que te recomiendo con muchas ganas. Es del género de ciencia-ficción, pero es de las buenas. Una historia tremendamente humana, que huye adrede de los enredos mecánicos, las marañas tecnológicas y las inexactitudes científicas. Se lee de un tirón, porque tiene una redacción sencilla y clara, y el argumento transcurre en una sola línea temporal, sin saltos en el tiempo, ni elipsis confusas. Su autora nos es nada amiga de las descripciones grandilocuentes, ni pretende que entendamos en todo momento lo que pasa en la novela. Nos cuenta los hechos, a veces sólo con un tosco brochazo de pintura, dejando libre al lector para que imagine el puntillismo delicado que se forma en la imagen de la historia que hay detrás. La obra tiene bastante acción, aunque hay pocos disparos. Tiene muchos diálogos naturales, verdaderamente reales, de esos que si lo piensas podrías haber tenido tú mismo en tu vida. Hay personajes que piensan (se piensa mucho en esta novela), pero no se recrean en ideas alejadas de nuestra realidad humana: tienen pensamiento de seres humanos, sensibles, auténticos. Aquí es donde se nota que la autora, una joven periodista madrileña que vive en Getafe, con su marido y sus dos hijos, ha plasmado mucho de su vida y de su forma de verla, en los pensamientos y acciones de sus personajes.
Hay personajes buenos y malos; también malos que parecen buenos y buenos que parecen malos. Pero lo mejor es que hay científicos, militares, civiles, soldados, ejércitos completos, padres, hijos... Hay democracia, pero también tiranos, de los que mueven una mano y acaban con centenares de vidas. El argumento tiene romance, sin caer en el pastiche; sexo explicito, sin ser sucia; guerras, sin ser un shut'em up; viajes por el espacio, pero de esos que se demoran una década, en lugar de un pestañeo; planetas vistos desde planos cortos; ciudades que todos hemos imaginado; desiertos donde la vida es imposible; pero también hay naves, grandes y pequeñas, armas que no solo matan y robots. ¡Qué robots! De esos que superan los conceptos tecnológicos y se enmarcan bajo el umbral del misticismo, donde las leyes de Asimov se quedan cortas para intentar entender la lógica que los mueve, bajo una piel humana. Una fórmula creativa que sólo los grandes autores del universo de la ciencia-ficción han sabido manejar con maestría. Hay muerte, pero también mucha vida. Mucha vida artificial y muchas vidas humanas y un nombre jamás revelado. Lo mejor que ha conseguido la autora es dibujar un futuro imaginado del que seguramente estamos viviendo hoy su arranque.
La novela se titula 'Galatea' y te voy a pasar el nombre de la autora, para que vayas corriendo a comprártela. Se llama Melisa Tuya... ¡Coño, eres tú! ¡Mierda! Ya te la habrás leído, entonces. Bueno, no te la compres y espera a la segunda parte, que será increíble. Un beso enorme.
Y sí, es un amigo. Y sí, me quiere igual que yo a él. Pero también es un lector con criterio de ciencia ficción y, precisamente por que hay confianza, sé que si no le hubiera gustado no habría escrito ésto. Solo porque mis amigos disfruten con lo que invento, juro que ha merecido la pena escribirla y seguir escribiendo.

Morea, estoy deseando añadir tu ilustración a este post...